Chile y Alemania – Socios Estratégicos para el siglo 21
Chile y Alemania gozan de una relación económica comercial integral de larga data. Ambos países comparten valores comunes y son defensores del libre comercio. Autoridades alemanas destacan a Chile como el “país clave” en Latinoamérica, resaltando que la relación chilena-alemana dará potencial, en el futuro, para una cooperación aún más profunda. El primer “Tratado de comercio y amistad” entre Chile y Alemania se firmó hace más de 150 años atrás, en 1862. Desde entonces la relación se ha desarrollado de manera valiosa y fructífera. Actualmente, se está marcando una nueva etapa en la relación comercial donde la cooperación económica y la innovación juegan un papel preponderante.
Politisches Archiv des Auswaertigen Amtes / Alemania
Durante las últimas décadas, Chile ha sido reconocido internacionalmente como una de las economías más dinámicas y políticamente estables de Latinoamérica. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (IMF, julio 2018) estiman un crecimiento del 3,8% del PIB, con un ingreso per cápita cercano a los US$ 25 mil. La economía estimula la libre competencia y la apertura comercial, al mismo tiempo que el país mantiene una política fiscal responsable.
En 2010, Chile fue el primer país de Sud América en ser admitido como miembro de la OECD y durante la última década lidera con regularidad los rankings de mejor ambiente de negocios, competitividad y libertad económica. El país cuenta además con 26 acuerdos de libre comercio con más de 60 economías y es miembro fundador de la Alianza del Pacífico, una zona de libre comercio (junto a México, Colombia y Perú) que posibilita – también a empresas alemanas – el acceso a un mercado con más de 220 millones de consumidores.
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Desde el año 2003, Chile mantiene vigente un Acuerdo de Asociación con la UE, el cual contempla una zona de libre comercio entre ambas partes y actualmente se encuentra en proceso de modernización. El objetivo es alcanzar una mayor integración económica a través de la facilitación de comercio, la cooperación económica y la eliminación de barreras no arancelarias.
El intercambio comercial entre Chile y Alemania en el 2017 alcanzó US$ 3.690 millones, lo que representa un aumento del 23% en relación al año 2016. Lo anterior se explica gracias al aumento en un 51% de las exportaciones chilenas al mercado alemán, desde US$ 707 millones a más de US$ 1.068 millones. Entre los principales productos exportados a Alemania se encuentran: el cobre y sus derivados, nueces, salmones, celulosa, litio, vino y frutas frescas, entre otros. Por otro lado, las importaciones desde Alemania alcanzaron US$ 2.622 millones, lo que representa un aumento de 15% respecto al año anterior.
En materia de inversiones, Chile cuenta con una trayectoria importante como receptor de inversión extranjera gracias a su atractivo clima de negocios. Empresas alemanas están presentes en diversos sectores como el de alimentos, minería y energía, entre otros. Recientemente empresas del sector de ciencias de la vida y servicios de reciclaje han invertido en nuestro país, utilizándolo además como plataforma para acceder a otros países de la región.
Dentro de los objetivos estratégicos de Chile está el ampliar y sofisticar la matriz productiva y en consecuencia la inversión en Chile, para crear una economía más diversificada. Para ello, hacia fines del 2017, la agencia estatal chilena de atracción de inversiones InvestChile abrió su oficina para Europa en la ciudad de Fráncfort. El propósito es convocar y acompañar a empresas alemanas y europeas en sus procesos de análisis, ejecución y operación de sus inversiones en Chile.
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Chile está haciendo un gran esfuerzo en aumentar el desarrollo de innovación y generar exportaciones ligadas a este ámbito. Además de haber desarrollado un excelente programa de incubación, Start-Up Chile, reconocido a nivel internacional, el país busca posicionarse como un Hub de Innovación dentro de Latinoamérica. En esa línea, el sector público y privado se han unido y están generando instancias para el desarrollo de emprendimientos e innovaciones que destaquen en el mundo, sea en el ámbito de la minería, en energía limpia, turismo sustentable o industrias creativas.
Durante los últimos años, los esfuerzos de Chile por modernizar su estructura productiva y diversificar su canasta exportadora al mundo han dado resultados positivos. Industrias tradicionales como la agropecuaria, vitivinícola, pesquera o minera, gracias a una mayor innovación y sustentabilidad, han desarrollado productos de mayor valor agregado y servicios complementarios. Lo anterior, se suma a la internacionalización de sectores tales como la arquitectura; la ingeniería; las tecnologías de la información y la comunicación y las industrias creativas tales como el cine, los videojuegos, la música y la moda.
Un área sumamente importante donde ya se han alcanzado importantes avances son las energías renovables. Ya hoy día un 48% de la energía en Chile se produce por fuentes de este tipo. Al 2050, Chile pretende alcanzar un 70% de abastecimiento a través de energías verdes. En este plano, destacan los programas de cooperación entre el Ministerio de Energía en Chile e instituciones alemanas como el Instituto Fraunhofer, ISC Konstanz (International Solar Energy Research Center) y la Agencia Estatal Alemana para la Cooperación Internacional GIZ, testimonio de la excelente colaboración entre ambos países.
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La formación de capital humano altamente calificado y especializado es una pieza clave para el desarrollo de la innovación e internacionalización. Alemania y Chile han trabajado en conjunto para implementar la educación dual en Chile. Al día de hoy, existen 500 empresas certificadas y cerca de 3.000 empleados que se han graduado bajo este sistema. En 2017 se anunció el establecimiento de 15 nuevos Centros de Formación Técnica (CFT) en Chile. En este ámbito el intercambio entre ambos países se enfoca particularmente en los sectores de minería y energías renovables.
Los avances en materia de innovación, energía y diversificación productiva alcanzados por Chile en el último tiempo, sumado a su estabilidad política y económica, posiciona al país como un socio natural para el comercio y la inversión alemana en Latinoamérica.
En tiempos en que la actual coyuntura económica amenaza con restringir el comercio internacional, países como Chile y Alemania han decidido abrir sus mercados a nuevas oportunidades de intercambio comercial en beneficio de sus pueblos, fiel reflejo de las similitudes y visión de mundo que ambos países comparten desde hace más de un siglo.