China, ¿catapultada por la internet?
La sabiduría convencional nos dice que China es la fábrica del mundo, que produce desde autos y camiones hasta artefactos de línea blanca y electrónicos, juguetes, ropa y otros. China es el mayor productor de autos (desde 2008), y el mayor consumidor de acero, de cobre, de hierro y de cemento.
Es también el mayor exportador y la mayor potencia comercial. Lo que no todos saben es que una de las fuerzas motrices de este tremendo boom industrial en el Imperio el Centro es la internet.
Un estudio reciente del McKinsey Global Institute subraya el grado al cual China es no sólo potencia industrial, sino que también digital. En el 2014, hay en China 632 millones de usuarios de internet (algo menos que la mitad de la población), que usan 700 millones de teléfonos inteligentes, que alimentan 300 mil millones de dólares de comercio electrónico. La cuota del PIB de la economía china representada por la economía digital es de un 4.4%, superior a la de los Estados Unidos o Alemania. Y el ritmo de esto es avasallador. Sólo en el 2013, el numero de teléfonos y otros aparatos inteligentes aumentó de 380 a 700 millones.
Esta digitalización acelerada se da en plena transición de una economía basada en la industria pesada, en altísimas tasas de inversión y de masiva expansión de la fuerza laboral, que crecía al 10% anual, a otra, más orientada al consumo, a los servicios y a la industria liviana, y que crece al 7%. Para que el aterrizaje de este cambio sea suave, la internet es clave. Más que seguir incorporando a grandes sectores del campesinado a la fuerza laboral industrial, China tendrá que aumentar la productividad de la mano de obra existente. Ahí entra la digitalización. En China, el costo de una transacción bancaria electrónica es un séptimo del de una tradicional en sucursal. Multiplicar ello a lo largo y lo ancho de la economía da una idea de los avances a lograr.
Mi prima Carmen se ha convertido en una cliente devota de Alibaba, la tienda digital china equivalente a Amazon. No deja de sorprenderse de los bajos precios, la calidad del servicio y la rapidez con que se le atiende, desde el otro lado del mundo, hasta su casa en Santiago. Alibaba es un buen ejemplo de esta transición, de una de penetración digital en el sector del consumo (en materia de iPads, laptops y celulares) al del comercio, en que cada vez más transacciones se realizan en línea, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero. Ello no es fácil, ya que involucra cuestiones muy sensibles como privacidad y confianza de los consumidores en la entidad que vende, pero hasta ahora en China ello se ha manejado razonablemente bien.
Chile, que tuvo un comercio de 33 mil millones de dólares con China en el 2013, depende mucho de lo que ocurra en la economía china en el corto y mediano plazo. Esta acelerada penetración de la internet en el comercio y la producción chinas constituye una señal positiva en el complejo proceso de cambio que enfrenta el gigante asiático.
Fuente: Diario La Tercera - Negocio - Domingo 27 de julio de 2014