Embajador Sepúlveda: ¨El Salvador tiene muchas oportunidades para surgir¨
Entrevista por: Miguel Gómez
Tras cuatro años de estar al frente de la embajada de Chile en El Salvador, Renato Sepúlveda Nebel cierra un ciclo de una experiencia hasta entonces desconocida para él. Por primera vez y por designación especial del entonces presidente, Sebastián Piñera, asumió el cargo de embajador y afirma sentirse orgulloso de lo cosechado en su administración.
En esta entrevista nos cuenta sobre su experiencia diplomática, los logros obtenidos en áreas como cooperación, cultura, asistencia técnica en materias de seguridad, salud y emprendimiento, entre otras, que sin duda coadyuvaron a estrechar las relaciones de hermandad entre Chile y El Salvador.
Pero Renato Sepúlveda no quiere decir un adiós definitivo a El Salvador, país al cual incluso considera su segunda patria por los lazos que le unen a él, por lo que está considerando algunas propuestas laborales que le permitirían, como él mismo afirma: tener un pie en Chile y otro en El Salvador.
Durante los 4 años como embajador en El Salvador cuál ha sido el trabajo más significativo y cómo lo llevó a cabo? Hubo obstáculos para realizarlo?
Primero que nada, en los cuatro años que he estado representado a mi gobierno en este país me he llenado de satisfacción. Creo que hemos hecho un trabajo bastante arduo en múltiples áreas y que ha dado el beneficio de estrechar las relaciones entre los dos países
¿Cómo calificaría su experiencia como diplomático en El Salvador?
Ha sido muy satisfactoria, por ejemplo tuvimos la visita de cinco ministros en los cuatro años que estuve acá, así como la oportunidad de haber agradecido a siete personas condecorándolas con altas distinciones y que han hecho aportes muy importantes a nuestras relaciones.
Pero también hay también un trabajo bastante arduo en cooperación. Hemos abarcado tanto en la bilateral, directamente con El Salvador, como la cooperación triangular financiada por instituciones, trabajos que han sido muy importantes en las áreas de salud, educación, defensa, seguridad, protección ciudadana y laboral, empleo juvenil, microempresa, agricultura, comercio exterior, en fin.
Y en la triangular: con Israel capacitando a profesores salvadoreños; con Japón en materia de acuicultura, mortalidad infantil y fomento a las exportaciones; con Alemania nos enfocamos en la solución de problemas sociales y emprendimiento; con España algunas prácticas en terminación laboral y con Estados Unidos tenemos cinco programas agrícolas que están en acción.
En el ámbito militar fue muy importante la firma de un acuerdo con el Ministerio de Defensa que ha permitido a efectivos salvadoreños incorporarse al Batallón Chile en la Misión de las Naciones Unidas en Haití y también la adquisición de diez aviones por parte de El Salvador que están prontos a llegar esta próxima semana.
¿Y de su experiencia en Belice, que nos puede decir?
Fue muy importante, las relaciones se estrecharon, hacía tiempo que no teníamos mucho contacto con Belice hemos hecho actividades importantes, vinculándonos más, ya sea llevando profesores para aprender español en un curso que se desarrollo con el CARICOM (Comunidad del Caribe) en Jamaica, como también la donación de computadores en una escuela de Belmopán, la capital del país, y por último lo más atrayente es una cooperación triangular Sur-Sur, que es una novedad tanto para nosotros como para El Salvador, ya que se han unido para capacitar en el área agrícola a más de 40,000 salvadoreños que se dedican a esa actividad en Belice, ayudándolos a organizarse en cuanto a la comercialización de sus productos.
A su juicio, ¿cuál debería ser el trabajo y el aporte principal del Cuerpo Diplomático destacado en un país?
En el caso de El Salvador obviamente necesitan cooperación en diversos planos. Muchas veces no se necesita tanto la económica como la técnica y nosotros estamos enfocados básicamente en eso. Hemos hecho aportes técnicos que van acorde a nuestras fortalezas en Chile y de ayuda para que los salvadoreños tengan un mejor estándar de vida y condiciones para poder surgir.
¿Hay algún proyecto en específico que lamenta no haber podido desarrollar o que le hubiera gustado hacer de forma diferente?
No, no, no, hay muchas cosas que me gustarían haber desarrollado, por ejemplo ver el siete de mayo los aviones que adquirió El Salvador a Chile volando.
Pero también hay una actividad que también nos llena de orgullo, el próximo martes (25 marzo) lanzaremos un libro que buscamos el financiamiento acá en El Salvador y que tanto una Universidad como un Banco lo han financiado y este libro refleja la obra de un pintor muralista chileno que hizo los murales que están en Casa Presidencial, eso también es algo destacado porque era un personaje un poquito anónimo, nadie lo había resaltado y nosotros nos sentimos orgullosos que un chileno haya entregado esa obra a Casa Presidencial.
Después de este tiempo en El Salvador y de conocer de cerca la realidad, ¿cuál es su visión de este país?
Creo que El Salvador tiene muchas oportunidades, los últimos hechos demuestran que hay oportunidades para surgir. Creo que en un ambiente de democracia, de libertad van a mejorar sustancialmente las condiciones de vida y van a volver a ser el país que fueron.
¿Qué planes tiene ahora que regresa a su país y se retira de El Salvador como embajador?
Bueno, en realidad hay amigos muy gentiles que me han propuesto una serie de actividades acá en El Salvador, también la OEA (Organización de Estados Americanos) me está proponiendo participar en asesorías, por lo tanto me parece que voy a tener un pie en Chile y otro en El Salvador y eso es lo que más me gustaría porque esta la hago mi segunda patria.
Y ya para finalizar, ¿Cuál sería su principal consejo para su sucesor como Embajador de Chile en El Salvador?
Yo creo que seguir trabajando estrechamente con los salvadoreños, quienes tienen un gran cariño por Chile, con una larga tradición de amistad y relaciones entre los dos países y espero que le sea tan fácil como lo fue para mí el realizar un buen trabajo en El Salvador.