Instructores chilenos imparten curso sobre corrupción
En la sede de la Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley (ILEA) en San Salvador, tiene lugar del 31 de agosto al 04 de septiembre el curso: La corrupción y el régimen legal y mecanismos de detección, investigación, persecución y juzgamiento: la experiencia chilena, dirigido a aplicadores de justicia de El Salvador, Costa Rica, Guatemala, Perú y Haití, entre otros.
El curso fue inaugurado por el director de ILEA por el Gobierno de El Salvador, Comisionado Darwin Arévalo, la embajadora de Chile María Inés Ruz y el presidente del Tribunal de Ética Gubernamental Marcel Orestes Posada, en presencia de los participantes e instructores.
El equipo de instructores chilenos que impartirán este curso está conformado por: Yelica Lusic, Abogado Asesor de la Unidad Especializada Anticorrupción (UNAC); Daniela Gonzalez, Analista Financiero, Unidad de Análisis Financiero (UAF); Claudio Muñoz, Fiscal Adjunto de la Unidad Regional Anticorrupción (URAC), Ministerio Publico y Raúl Rojas Velásquez, Inspector de la Brigada de Delitos Económicos Metropolitana, Policía de Investigaciones de Chile.
En sus palabras, el Comisionado Arévalo señaló: Sabemos que estos funcionarios pondrán su mayor esfuerzo en la construcción de un sistema judicial íntegro para ayudar a las relaciones entre Estados e individuos donde el sentido de justicia está comprometido con las necesidades de la ciudadanía.
Por su parte la embajadora Ruz destacó que el curso es posible gracias al compromiso de los Gobiernos de Estados Unidos y Chile por transferir sus conocimientos a otro aliado como lo es El Salvador. En ese sentido subrayó la creación en Chile del Consejo Asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de influencias y la corrupción, por parte de la Presidenta Michelle Bachelet en marzo de 2015.
"La corrupción es un problema complejo, multicausal, que no se resuelve sólo con leyes ni con reglas de primer y de segundo orden. Por ello es pertinente considerar que la corrupción tiene su propio dinamismo y no es ajena a la historia ni, a la sociología, añadió la funcionaria. Agregó que la ética de la responsabilidad, la revalorización de los deberes cívicos y el fortalecimiento de una democracia de ciudadanos y no de individuos indiferentes a la cosa pública, es vital para hacer frente a la corrupción.