Lanzamiento de la publicación OCDE "ABC of Gender Equality in Education: Aptitude, Behaviour, Confidence"
En su primera publicación importante sobre género y educación, la OCDE profundiza sobre los factores que hay detrás de las diferencias entre niños y niñas en cuanto a resultados dentro del ámbito escolar. ¿Qué razones explican que los jóvenes de 15 años sean menos exitosos en lograr niveles mínimos de dominio en matemáticas, lenguaje o ciencias que sus pares mujeres? o ¿por qué las mujeres dentro del grupo de mejor desempeño en PISA tienen una mayor tasa de fracaso en estas mismas materias en relación a sus pares hombres de mejor desempeño? El reporte concluye que gran parte de estos resultados se deben desde el comportamiento en la escuela hasta actitudes hacia el aprendizaje de los estudiantes, más que a capacidades innatas. El estudio muestra que los jóvenes dedican menos tiempo a tareas del colegio en casa y más a videojuegos, en contraste con sus pares mujeres que dedican más tiempo a deberes escolares en casa o a leer textos de ficción por entretenimiento, por ejemplo. Estos factores podrían tener incidencia en las mayores tasas de abandono escolar que exhiben los hombres y en su mayor probabilidad de obtener resultados por debajo de los mínimos deseables en PISA. Por otro lado, en la mayoría de los países las mujeres tienen menos confianza en sus capacidades para resolver problemas matemáticos o en ciencias, a la vez que son más proclives a mostrar ansiedad hacia las matemáticas, incluso entre las mujeres de alto desempeño, lo que podría explicar la ventaja de los hombres dentro del grupo de mejor desempeño en estas materias. De hecho, la publicación indica que a iguales niveles de confianza en sí mismo y ansiedad hacia las matemáticas las brechas entre los hombres y las mujeres de mejor desempeño -19 puntos en PISA- desaparecen.
Estos resultados tienen impacto en el futuro de los jóvenes. El reporte muestra que un bajo porcentaje de mujeres piensa seguir alguna carrera ligada con las ciencias, la ingeniería o las matemáticas, y efectivamente las mujeres en educación superior que están siguiendo estas áreas de estudio son una minoría.
En el caso de Chile se observa una de las más altas brechas de resultados PISA en favor de los hombres en matemáticas y de lectura en favor de mujeres. Esto es compatible con la evidencia que se muestra en el estudio: cuando es menor la brecha en lectura en favor de mujeres, menor es la brecha en matemáticas en favor de hombres (ver figura adjunta). Del mismo modo, en Chile las brechas en ciencias y en resolución de problemas están también dentro de las más altas en favor de los hombres.
Para los resultados en matemáticas, el reporte señala que parece ser que las creencias auto-cumplidas (motivación, confianza en las habilidades propias, superación de dificultades, etc.) explican una buena parte de la brecha en favor de hombres en Chile, sobretodo en el grupo de los que logran mejores resultados. Por otro lado, al igual que en el resto de los países, en Chile las expectativas de los estudiantes hombres están mucho más orientadas a estudiar ingenierías e informática en comparación a las mujeres, en tanto que las expectativas de las estudiantes están mucho más orientadas al ámbito de la salud. En nuestro país estas orientaciones son mucho más marcadas que en el resto de los países OCDE.
Un resultado complementario, pero que refuerza la evidencia de la existencia de ideas preconcebidas en cuanto a los ámbitos que serían propios para hombres o mujeres, son las respuestas que dieron los padres de los estudiantes que rindieron PISA en un subconjunto de diez países OCDE -entre ellos Chile- sobre las carreras que esperan que sus hijos sigan en el futuro. Estas respuestas indican que un alto porcentaje de los padres cree que su hijo (hombre) trabajará a futuro en una carrera relacionada con ciencia, ingeniería o matemática (50% en el caso de Chile) y solo un bajo porcentaje piensa lo mismo para su hija (16% en el caso de Chile), una brecha de expectativas que en nuestro país está entre las más altas dentro de las estudiadas.
¿Cómo actuar frente a estas brechas? El estudio hace un llamado concertado a padres, profesores, líderes de opinión y a los encargados de diseñar políticas públicas para fortalecer el potencial de todos los estudiantes sin distinción para contribuir al desarrollo económico de los países. Los padres deben dar apoyo y estímulos a hijos e hijas por igual en todo su trabajo escolar y aspiraciones futuras, realzar su potencial y alentarlos a leer; a los profesores a evitar estos sesgos de género en su manera de enfocar las clases y calificar a sus estudiantes, a demandar más de sus alumnos y alentarlos a resolver problemas de manera independiente.
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