Lanzamiento del reporte OCDE "Todos Juntos: Por qué reducir la desigualdad nos beneficia"
25 de mayo de 2015
Todos Juntos: Por qué reducir la desigualdad nos beneficia (In it Together: Why Less Inequality Benefits All) es el tercer informe de la OCDE sobre desigualdad, tras Growing Unequal? (2008) y Divided We Stand: Why Inequality Keeps Rising (2011).
En esta oportunidad la OCDE estudia cómo la tendencia creciente en la desigualdad afecta el crecimiento, explora las consecuencias de la crisis reciente y la consolidación fiscal en los ingresos de los hogares, analiza el impacto de los cambios en el mercado del trabajo, como el crecimiento del trabajo no estándar, registra los niveles de desigualdad en la riqueza y discute el rol de las políticas redistributivas en los países emergentes.
El informe destaca cuatro caminos para reducir las desigualdades y proveer igualdad de oportunidades:
- Promover la participación femenina en todos los ámbitos económicos,
- Incrementar la creación de empleo, tanto en cantidad como calidad,
- Potenciar las habilidades de la población a través de la educación y el aprendizaje continuo en el trabajo y
- Diseñar sistemas efectivos de impuestos y transferencias para una redistribución eficiente.
¿Cómo se ubica Chile en comparación con los demás países?
Más allá de los datos de desigualdad para Chile, cuyo alto nivel es por todos conocido, uno de los capítulos se centra en el impacto de las políticas redistributivas en siete países emergentes, incluido nuestro país, con información más novedosa.
El análisis de este capítulo muestra que en general las políticas redistributivas se han reforzado en los países emergentes, por vía del aumento del nivel de transferencias o ampliando la cobertura de seguros de desempleo y/o de salud, o expandiendo las oportunidades educativas de la población. Es en los países más desiguales donde los efectos de las políticas tienden a ser mayores.
Con respecto a Chile, cuya tasa de desigualdad según el índice GINI de ingresos de mercado está en el promedio de los países emergentes analizados (por sobre Indonesia, Perú y México pero por debajo de Brasil, Colombia y Sudáfrica), el reporte resalta que el efecto redistributivo del gasto social es de gran magnitud, comparado con el efecto limitado que tiene en Perú, Colombia e Indonesia.
Mientras que Brasil, Chile y Colombia parten de una desigualdad de ingreso de mercado similar, en este último país la desigualdad de ingreso final es mucho más alta. El componente asociado a transferencias in-kind (neto de copagos realizados por las familias por servicios públicos) es fundamental para reducir la desigualdad tanto en Chile como en Brasil (ver la diferencia entre post-fiscal income y final income en el gráfico), sugiriendo que el gasto público en salud y educación es el principal factor detrás de este resultado.
El aporte de este capítulo especial es que el análisis de la distribución de ingreso que la OCDE hace para sus países miembros no incluye usualmente el componente in-kind, sino más bien se centra en el rol del sistema de impuestos y transferencias en determinar el ingreso que los hogares pueden destinar libremente a consumo, lo que evita la discusión sobre los supuestos necesarios para imputar el valor de los servicios de educación y salud (y que este gasto no es determinado por el hogar), lo que requiere de cuidado a la hora de analizar los resultados presentados.
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