Cuando las letras se transforman en imágenes
Marcelo Hernández, periodista chileno, decidió expatriarse hace más de dos décadas. Volvió a estudiar, aprendió otro idioma y le dio un vuelco a su profesión. Hoy, a pulso de constancia y profesionalismo, es un reconocido fotógrafo del principal diario de Hamburgo.
Marcelo entró en 1990 a estudiar Periodismo en la Universidad de Chile. Fue parte de la primera generación formada en democracia. Entre sus compañeros de entonces destacan connotados comunicadores chilenos. Sin saberlo en ese momento, estaba siendo parte de una generación emblemática de las comunicaciones y menos imaginaba que su reconocimiento profesional vendría tan lejos de Chile.
Estaba finalizando el año 1996 y un poco de azar y amores de juventud trajeron a este viñamarino a vivir a Alemania. Su llegada fue a Heidelberg, para luego trasladarse a Hamburgo, su actual lugar de residencia.
Llegas siendo periodista a Alemania. ¿Cómo pudiste seguir con tu profesión acá?
Mi carrera prácticamente se acabó. Tuve que replantearme a mí mismo si alguna vez iba a ser periodista acá y buscar alguna alternativa de cómo iba a sobrevivir si me quería quedar. En esos tiempos no reconocían los estudios si no hacía algún doctorado, así que decidí entrar a la Universidad de Hamburgo a estudiar periodismo otra vez.
¿Cómo fue la experiencia de volver a estudiar comunicaciones y en otro idioma?
Cuando estudié en Chile, estábamos todos re-entendiendo el mundo. Teníamos esa lucha constante con las estructuras, con el autoritarismo y el sectarismo, estaba todo aún ahí. Yo pude estudiar con una generación espectacular, fui compañero con Rafael Cavada, Pedro Peirano, Alejandro Fernández, Ernesto Garrat, los cuales hoy son muy reconocidos y en ese momento eran mis amigos. Además, en esos años, el periodismo era una profesión muy exclusiva, las personas se decidían entre la carrera o medicina. Estudiar acá fue muy distinto. Entré en 1998 a la Universidad de Hamburgo, salía de clases con una noción de lo que estaba ocurriendo, pero no estaba realmente entendiendo todo. Sin embargo, a pesar de que sabían que no manejaba el idioma, acá me dieron la oportunidad de estudiar. Precisamente, gracias a ello, pude aprender alemán. Además, en paralelo, estudié también Historia del Arte y Sociología.
¿Cómo llegaste a trabajar a Hamburger Abendblatt?
Salí de la universidad y me ofrecieron postular para este trabajo. Estaba fotografiando desde antes, ya que para mí esta era la alternativa para seguir dedicado al periodismo, pero desde otro punto de vista. Sabía que no podía escribir perfectamente en alemán, ya que hice varias prácticas de periodista y ahí me daba cuenta de lo difícil que era. Opté por la fotografía y ya son 15 años trabajando en el Hamburger Abendblatt.
Aquí, con su cámara, Marcelo ha logrado capturar a importantes figuras: desde los Rolling Stones hasta connotadas personalidades en eventos de gran relevancia internacional como el G20.
¿Qué es lo que más extrañas?
Extraño mucho el idioma, hablaba y escribía muy bien. Me podía expresar realmente bien. Tenía muchísimo vocabulario. Hoy mis herramientas lingüísticas son bastantes primitivas en español y en alemán jamás llegarán a ser tan refinadas. Lo echo de menos porque era algo que caracterizaba mi personalidad, era lo que la forjó y de un momento a otro, casi desapareció.
Hoy llevas viviendo casi lo mismo en Chile y en Alemania. ¿Cómo lo evalúas?
Mis años en Chile fueron fantásticos; estar en el proceso de redemocratización de la sociedad fue realmente genial. Estuve rodeado de gente extraordinaria y eso jamás lo voy a olvidar. Acá tengo un rol que me he ido ganando, y hoy ya no tengo que justificar de dónde vengo ni quién soy. Hoy mi trabajo es valorado por lo que realmente es y eso me hace sentir bien.