ANUGA 2019: Chile y sus empresas destacan los avances en materia de sustentabilidad
Más de 40 empresas chilenas acompañadas por la agencia gubernamental para la promoción de exportaciones, ProChile, participan en ANUGA, para dar testimonio de los avances en términos de sustentabilidad y mostrar cómo el sector agroalimentario chileno, segundo sector económico del país detrás del cobre, ha decidido transformarse para mantenerse a la vanguardia de los países con potencial para alimentar el planeta.
Comprometido con una política de transformación económica sostenible impulsada desde el 2012, el país se ha dotado de un marco legal y un sistema de incentivos para motivar el mejoramiento de toda la cadena agroindustrial. Los objetivos: alinearse con las metas globales de protección del planeta, prepararse para responder a la demanda creciente de productos ecológicos y mantener su posición como uno de los actores más importantes de la industria mundial de agro alimentos.
Las iniciativas de la industria, enfocadas principalmente hacia la eficiencia en el uso del agua y la energía, la disminución de la huella de carbono, la valorización de los residuos, la protección de los derechos humanos y el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores y las comunidades, han comenzado a mostrar resultados importantes. Entre 2012 y 2018, los indicadores de sustentabilidad en el sector de alimentos procesados evidenciaron una reducción del 47% del consumo total de energía, una disminución del 43% de las emisiones de CO2 y un ahorro del 27% del consumo de agua por cada tonelada de producto terminado.
Si bien Chile es el responsable de solo el 0,25% del total de las emisiones globales, el país se sitúa entre los 10 más afectados por el calentamiento global. Su situación geográfica, su riqueza natural y el peso de la industria alimentaria hacen del nuestro un país vulnerable, pero, a la vez, estratégico en la búsqueda de soluciones para salvar el planeta.
Una industria certificada como orgánica por parte de la Suiza y de la UE
A más de un año de entrado en vigencia el acuerdo de equivalencia en orgánicos entre Chile y la Unión Europea, el intercambio de estos productos se ha fortalecido. Desde la producción hasta el etiquetado, este acuerdo permitirá conocer la reciprocidad de normas, reglas y controles de ambas entidades. Así, los productos "bío" sometidos a las normas chilenas podrán comercializarse fácilmente en el mercado europeo y viceversa. Recientemente, el país firmó un acuerdo de equivalencia similar con Suiza.
Además de permitir la aceptación bilateral de las normas y los controles, este acuerdo de "nueva generación" prevé reforzar la cooperación, el intercambio de informaciones, la protección recíproca de las etiquetas y un mecanismo de resolución de conflictos comerciales. Para el consumidor, se trata ante todo de una garantía de que los productos orgánicos chilenos han sido sometidos a un riguroso control de calidad.
Para Chile, este acuerdo demuestra la confianza creciente por parte de las instituciones europeas, que se suma larga lista de distinciones internacionales que el país ha recibido en términos de calidad y trazabilidad de sus productos alimenticios. En 2018, las exportaciones chilenas de productos orgánicos alcanzaron su máximo histórico desde que se tiene registro de ellas, sumando US$276 millones. Lo anterior equivale a un crecimiento anual de 18% y un aumento promedio anual de 6,6% desde 2012.
La agroindustria chilena: Innovación al servicio de una calidad excepcional
Durante los últimos años, Chile ha consolidado su reputación como uno de los principales actores de la industria alimentaria mundial, destacándose como uno de los pocos países del mundo donde el sector alimentario representa una parte importante de su PIB (más del 10%). Para mantenerse a la vanguardia y explotar su potencial de ofrecer al mundo la alimentación del mañana, el país trabaja sobre una serie de proyectos enfocados en la sustentabilidad, el desarrollo de ingredientes funcionales y aditivos naturales especializados, envases y embalajes para alimentos, y desarrollo tecnológico para la agricultura.
Hoy en día, la industria agroalimentaria chilena es la segunda industria más importante después de la industria minera (principalmente el cobre). Valorada en USS17.700 millones en 2018, frente a USS7.500 millones en 2005, la industria agroalimentaria -un sector exportador extremadamente dinámico- casi se ha triplicado en 13 años. Estas cifras demuestran el crecimiento masivo de las exportaciones mundiales y son testimonio tanto del nivel de confianza que el país goza en el escenario internacional.
Una economía abierta, orientada a la exportación
La estabilidad política y económica del país, su infraestructura moderna y el uso de tecnologías de vanguardia para la elaboración y producción de alimentos hacen de Chile un proveedor confiable de alimentos saludables y seguros que cumplen con los más altos estándares internacionales. Las exportaciones chilenas de bienes y servicios totalizan más de USS63.300 millones, gracias a 26 acuerdos de libre comercio de amplio alcance, establecidos con 61 países diferentes. El compromiso de Chile de cumplir con los requerimientos de las normas y estándares internacionales asegura que el país conserve su posición privilegiada entre los principales actores de la industria agroalimentaria del mundo.