Saludo del Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al Cuerpo Diplomático acreditado en Lisboa

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El pasado jueves 25 de enero se llevó a cabo, en el Palacio Nacional de Queluz, el tradicional saludo del Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, al Cuerpo Diplomático acreditado en Lisboa.

La ceremonia comenzó con las palabras del Decano del Cuerpo Diplomático, Nuncio Apostólico Monseñor Rino Passigato, quien destacó las alegrías y triunfos que vivió Portugal el año recién pasado, tales como la elección de Antonio Guterres como Secretario General de Naciones Unidas, el auge del turismo, la estabilidad social, el Centenario de la Virgen de Fátima y la visita del Papa Francisco, y la elección del Ministro de Finanzas Mario Centeno como Presidente del Eurogrupo, hechos que vinieron a paliar en parte la tristeza y el dolor de un año marcado por los incendios forestales y la sequía que asola al territorio luso. Terminó manifestando que Portugal es un país que goza de un gran prestigio en la comunidad de naciones, que es abierto a recibir migrantes, acogedor y que conserva una autenticidad que lo caracteriza, por lo cual ofreció toda la colaboración de los embajadores presentes para continuar fortaleciendo dicho prestigio y velar por un mayor bienestar de Portugal y el mundo.

Enseguida hizo uso de la palabra el Presidente Rebelo de Sousa, quien agradeció el trabajo cotidiano que los Embajadores y Jefes de Misión realizan en el fortalecimiento de los lazos de amistad entre los Estados a los cuales representan y Portugal, reconociendo el importante trabajo que ello significa.

En esta línea, el Primer Mandatario luso indicó que su país puede conocerse del mismo modo que se define en su Política Exterior, es decir, "previsible; consistente; orgulloso de su lengua y cultura; consciente de su identidad marítima; constante en su matriz geopolítica y fiel a su vocación histórica". Agregó que esta Política Exterior se ve acompañada por lineamientos en su política interna, orientada al crecimiento y al empleo, a las inversiones y las exportaciones, al turismo, a las nuevas tecnologías, a las energías renovables, al equilibrio fiscal, la consolidación bancaria, la concertación social, la educación y, en general, a la garantía de las funciones clásicas del Estados y sus sistemas sociales.

Finalizó su intervención resaltando algunos valores de Portugal como el respeto a los derechos humanos, a la democracia, a la paz, la justicia, la preocupación ambiental y la cooperación bilateral y multilateral que, a su juicio, contribuirá a hacer frente a los nuevos desafíos que depara el futuro, como las nuevas tensiones, inestabilidad financiera o tendencias proteccionistas.

El acto terminó con el saludo de los Embajadores, Jefes de Misiones Diplomáticas y de Organismos Internacionales, al Primer Mandatario portugués.