Relaciones Bilaterales
Relación histórica
Después de la independencia de Chile, Bernardo O'Higgins creía que los países americanos recientemente independientes estarían permanentemente bajo la amenaza de una reconquista española a menos que estos fuesen expulsados de Manila, promoviendo así la liberación de las Filipinas. Esta iniciativa se llevaría a cabo a través de la "Escuadra Libertadora" o "Flota Libertadora", que Chile construyó con el fin de liberar al Perú bajo el mando del Almirante Lord Cochrane.
Posteriormente, debido a la constante amenaza de un ataque británico sobre Buenos Aires, Argentina, la iniciativa fue cancelada. Pero la visión geopolítica de O'Higgins se mantuvo activa mediante la idea de establecer una zona liberada de Mar entre las Américas del Pacífico (con sedes en Valparaíso, Lima y Guayaquil) y Manila. En este ámbito, la flota chilena garantizaría el libre comercio, un objetivo muy estimado durante ese tiempo.
También es importante destacar que con el triunfo de las fuerzas patriotas en Chile, entre 1817 y 1820, el país vio la apertura definitiva del comercio exterior. Como Director Supremo de Chile, Bernardo O'Higgins decretó la apertura de todos los puertos chilenos al comercio internacional, mediante la Ley de Libre Comercio Exterior de 1817.
En 1819, el General O'Higgins reunió 19 de los comerciantes más ricos e influyentes de Chile con el fin de crear una flota para establecer el comercio con Manila, el Sudeste Asiático, China e India. A través de esta iniciativa, un bergantín británico llamado "Carmen" fue encargado, junto con otros tres buques comprados en Singapur, estableciendo así la primera compañía de transporte marítimo que dio origen a dicho comercio conocida como, "Compañía de Calcuta".
En 1844-1845 el Gobierno de Chile abrió tres consulados honorarios en Asia – Cantón, Hong Kong y Manila, con el fin de apoyar, y promover productos nacionales tales como el cobre, nitratos y las exportaciones de trigo al continente Asiático.
En el campo de las ideas y visiones también hay similitudes entre liberales y masones destacados chilenos como Francisco Bilbao y Sebastián Arcos con las ideas de intelectuales de renombre, en particular, José Rizal. Lamentablemente, no sabemos aún si alguna vez hubo contacto directo o intercambio epistolar entre ambos grupos, los cuales, en ambos casos, respondieron al clamor de los tiempos liderados por las nuevas ideas que estaban en boga en España y Europa.
En 1946, a través de la transferencia total del poder y la soberanía al nuevo Gobierno de la República de Filipinas, Chile fue uno de los 22 países que fueron testigos directos del nacimiento de la República, reconociendo oficialmente al nuevo Estado. Nuestro país estuvo representado en esa época por Juan Marín, Cónsul General de Chile en Shanghái. En la década de 1960, Chile nombró Embajadores concurrentes en las Filipinas desde Tokio, mientras que en 1967 la primera misión diplomática residente abrió sus puertas en Manila.
Esta relación ininterrumpida de casi 200 años, que comenzó en las primeras etapas de Chile como un país independiente, ha logrado importantes hitos en su desarrollo y se ha convertido en una base firme para el fortalecimiento de las relaciones bilaterales en el futuro. Chile y Filipinas han sido fuertes aliados a través de diferentes foros internacionales, especialmente en la redacción de la Carta de San Francisco de las Naciones Unidas, siendo constantes promotores de la democracia y la libertad.
Más recientemente, una importante prueba de la amistad de las Filipinas fue el apoyo dado a Chile para ser parte del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). Chile, en reconocimiento a los generosos esfuerzos realizados por el ex Secretario de Relaciones Exteriores de Filipinas, Roberto Rómulo, le otorgó la condecoración "Gran Cruz de la Orden Nacional al Mérito" de Chile en 1999.
Nuestro país participa activamente en los foros interregionales y promueve firmemente la iniciativa del "Foro del Arco del Pacífico Latinoamericano", una plataforma regional de diálogo político, así como un mecanismo de coordinación establecidos en 2007 para promover nuestra región en el Asia Pacífico y lograr de esta manera el anhelado Tratado de Libre Comercio (TLC) entre América Latina, la ASEAN, Australia y Nueva Zelanda.
En los últimos 20 años se han celebrado nueve acuerdos bilaterales que han aportado al mejoramiento de los diversos ámbitos que componen la relación bilateral, algunos de ellos: Memorando de Entendimiento en la Agricultura; Acuerdo Fitosanitario de Regulación de las Importaciones de Frutas, Promoción y Protección Recíproca de Inversiones; Convenio Cultural; Acuerdo de Cooperación en Materias de Minería; Memorando de Entendimiento entre universidades a través del programa "Inglés Abre Puertas" del Ministerio de Educación de Chile orientado a cursos de perfeccionamiento de Inglés en las Filipinas para estudiantes chilenos, entre otros.
Filipinas y Chile comparten un reto en común dentro de la Comunidad de Asia y del Pacífico: fortalecer la cooperación, la expansión del libre comercio, las inversiones recíprocas, la creación de redes regionales y alianzas estratégicas entre contrapartes públicas y privadas o asociaciones entre sectores productivos orientados hacia terceros mercados. Sólo a través de este proceso es posible descubrir, crear y desarrollar nuevas iniciativas bilaterales, algunos de los cuales ya están en sus etapas iniciales, tales como en el área de las energías renovables a través de la instalación oficial en Chile, en el año 2010, de la primera empresa filipina, Energy Development Corporation (EDC), con el fin de proyectarse como activo actor en la investigación y desarrollo de la geotermia en Chile.
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